AGRESOR, VICTIMA Y TESTIGO
Los agresores/as se acostumbran a conseguir lo que quieren a partir del abuso de poder y la manipulación. Las investigaciones indican que el 25% de los niños o niñas que han cometido acoso escolar, y que no han sido tratados a tiempo, presentan mayor propensión a realizar hechos delictivos en la edad adulta que aquellos que no se han involucrado en este tipo de agresión.
Quienes sufren de agresión, que en esta guía llamaremos víctimas, tienen serios problemas de autoestima, pierden el interés por los estudios y pueden padecer depresión y ansiedad. Pueden llegar a involucrarse en relaciones abusivas en la adultez o incluso al suicidio.
Por último, aquellos que están alrededor, que participan de manera directa o indirecta, los testigos o cómplices, reciben indirectamente el mensaje que en este ambiente las cosas se quedan impunes, que el que trata mal a los demás y se aprovecha de ellos será el que domine. Experimentan temor y ansiedad constantes por la posibilidad de ser el próximo blanco de ataque o llegan a pensar que la violencia puede ser una estrategia que ellos mismos pueden adoptar.
Características de las víctimas de bullying:
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Personas vistas como inseguras, poco asertivas o sensitivas
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Personas físicamente más débiles
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Personas con pocas habilidades sociales o tímidas
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Pierden interés por el colegio, rendimiento
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Presentan ansiedad, depresión o desinterés
Características del o los agresores:
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Físicamente más fuertes que sus pares
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Carácter dominante, impulsivos, no siguen reglas, baja tolerancia a la frustración, desafiantes ante la autoridad, buena autoestima
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No manifiestan arrepentimiento ante sus actos ni empatía con la víctima
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Pueden tender al vandalismo, mal rendimiento académico, uso de alcohol